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Conoce nuestra gran gama de comida para abejas. La alimentación externa con preparados supone hoy en día una práctica muy común en apicultura, sobre todo si queremos fortalecer y sacar el máximo rendimiento a las colmenas.
Como buenos apicultores, deberemos ser capaces de identificar qué déficits tiene nuestra colmena, para tomar una decisión en la alimentación de la abeja:
- Si hay carencia de polen, optaremos por suplementos proteicos.
- Si hay déficit de miel, deberemos alimentar con pastillas de azúcar/fondants. Siempre líquido si buscamos estimular, y en sólido para el mantenimiento.
La alimentación en otoño es crucial para garantizar que las abejas tengan suficientes reservas para el invierno. La alimentación de mantenimiento se centra en proporcionar pastillas sólidas de azúcares, que mantienen baja la humedad dentro de la colmena. Si hay polen disponible, solo la pastilla sólida será necesaria. Pero en caso contrario, se complementa con tortas proteicas o con pastillas todo-en-uno que combinen azúcares y proteínas. Esta alimentación garantiza que las abejas mantengan una población saludable y que las colmenas sobrevivan al invierno.
Recomendaciones para el otoño:
Durante el invierno, las abejas dependen de las reservas acumuladas durante el año, especialmente de la miel. No se busca estimular la cría activamente, pero es esencial monitorear las reservas para garantizar que no se agoten.
Recomendaciones para el invierno:
Durante la primavera, las abejas necesitan aumentar su población de cara a las futuras floraciones. La alimentación se centra en simular la entrada de néctar, para ello se les proporciona jarabe (50% azúcar + 50% agua) enriquecido con multivitamínicos. Si hay polen disponible, este jarabe vitaminado es suficiente.
Sin embargo, en ausencia de polen, es esencial complementar con tortas proteicas. Este aumento de alimentación les ayuda a tener una población robusta para maximizar la recolección durante los picos de floración.
Recomendaciones para la primavera:
En verano, las abejas aprovechan la abundancia de flores para recolectar néctar y polen, siendo esta su principal fuente de alimentación. Sin embargo, si las condiciones climáticas no son favorables o si hay sequía, el apicultor debe estar alerta a las carencias nutricionales y complementar con jarabes y posiblemente con polen, según la necesidad.
Recomendaciones para el verano:
El alimento óptimo para las abejas es el néctar y el polen, procedentes directamente de las flores. Estos elementos no solo representan sus fuentes naturales de nutrición, sino que también sirven como ingredientes esenciales para la elaboración de miel y pan de abeja, respectivamente.
Sin embargo, existen períodos, como durante los meses invernales o en situaciones de escasez de alimentos, en los que las abejas pueden encontrar dificultades para acceder a estas fuentes nutricionales naturales.
En tales circunstancias, los apicultores pueden recurrir a alternativas como el jarabe líquido de azúcar o el fondant, que simulan el néctar/miel, o una torta proteica basada en proteínas vegetales (como levaduras o harina de soja) para suplir la falta de polen. Estos suplementos alimenticios aseguran que las abejas mantengan una dieta equilibrada y saludable incluso en tiempos de escasez.
Alimentar a las abejas puede realizarse proporcionándoles sustitutos de alimentos como jarabe de azúcar, fondants y pasta de proteínas, especialmente en épocas donde los alimentos naturales como el néctar y el polen escasean. Para hacerlo, es conveniente utilizar un alimentador para colmenas, cuyo diseño y tamaño puede variar en función de las necesidades de la colmena y la población de abejas.
Es importante asegurarse de que el suministro de alimentos sea constante y suficiente para mantener la vitalidad de la colonia.
Sin embargo, es esencial tener en cuenta que no se debe alimentar a las abejas con miel ni polen, especialmente si provienen de una fuente desconocida, ya que podrían contener virus u otros patógenos que podrían ser perjudiciales para ellas.
Durante el invierno, las abejas pueden enfrentarse a una escasez de alimentos naturales debido a la falta de flores en flor. Por lo tanto, es esencial proporcionarles un suministro alternativo de alimentos. Los apicultores a menudo suministran a las abejas jarabe de azúcar, fondants y tortas de proteínas.
Es importante tener en cuenta que el jarabe de azúcar que se suministra en invierno debe ser más concentrado (2:1, azúcar:agua) para evitar que las abejas tengan demasiada humedad en la colmena, que puede causar problemas en las condiciones frías.
Alimentar a las abejas en el invierno puede ser un desafío debido al frío, por lo que los alimentadores de abejas deben diseñarse para mantener el alimento a una temperatura en la que las abejas puedan consumirlo, evitando el congelamiento.
Además, es importante recordar que durante el invierno, las abejas no salen de la colmena para defecar, por lo que es mejor no usar jarabes oscuros que pueden causar diarrea. En lugar de eso, usa pastas fondant blancas como Apifonda, Apipasta, etc.
Por último, nunca debes alimentar a las abejas con miel de origen desconocido ni polen, ya que estos podrían contener enfermedades que podrían poner en riesgo a la colonia. En lugar de eso, es mejor utilizar sustitutos de alimentos especializados que se han producido para ser seguros y nutritivos para las abejas.
El jarabe de azúcar para abejas se prepara mezclando agua y azúcar. La proporción de azúcar y agua dependerá de la época del año y la necesidad específica de las abejas. Durante la primavera y el verano, cuando las abejas necesitan más agua, puedes utilizar una proporción 1:1 de azúcar y agua. En el invierno, cuando las abejas necesitan más energía y menos humedad, debes usar una proporción 2:1 de azúcar y agua.
Para prepararlo, primero necesitarás hervir agua. Una vez que el agua está hirviendo, agrega el azúcar y revuelve hasta que se disuelva completamente. Después de que el azúcar esté completamente disuelto, deja que el jarabe se enfríe antes de ponerlo en los alimentadores. Es importante no agregar nada más al jarabe, como colorantes o sabores, ya que estos pueden ser perjudiciales para las abejas.
También es fundamental recordar que nunca debes alimentar a las abejas con miel de origen desconocido ni jarabes de azúcar oscuros, ya que estos podrían contener enfermedades que podrían poner en riesgo a la colonia. En lugar de eso, es mejor utilizar azúcar blanco común y agua para preparar el jarabe.
Como alternativa, si prefieres ahorrar tiempo y tener mayor comodidad, puedes optar por comprar jarabes ya preparados y envasados disponibles en tiendas especializadas, como La Tienda del Apicultor. Estos jarabes suelen ser equilibrados y seguros para las abejas, y pueden ser una opción práctica si tienes varias colmenas que alimentar. Sin embargo, siempre es importante asegurarte de que los productos que compras sean de confianza y no contengan ingredientes que puedan ser dañinos para las abejas.
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