Varroa Destructor: Qué es y cómo tratarla.

Varroa Destructor: Qué es y cómo tratarla. - Sin categorizar

La varroa destructor es hoy por hoy el mayor problema sanitario de la apicultura a nivel mundial. Es el único parásito que afecta tanto a la cría como a las abejas adultas, y lo hace con una eficacia escalofriante: su ciclo vital está perfectamente sincronizado con el de la abeja, lo que le permite multiplicarse sin descanso dentro de la colmena.

Este ácaro —con un aspecto similar al de una pequeña garrapata— se adhiere al cuerpo de las abejas, perfora su cutícula y les chupa las reservas grasas, fundamentales para su inmunidad y longevidad. También parasita a las larvas, debilitándolas desde el nacimiento.

Como si fuera poco, la varroa actúa como vector de virus, dejando a las abejas vulnerables a enfermedades secundarias. Si no se controla, la varroa puede acabar con una colmena en una sola temporada. A veces ni siquiera hace falta esperar al invierno: el colapso puede llegar antes.

¿DÓNDE ESTÁ?

La mayor parte de la población de varroa no está a la vista: aproximadamente el 75% de los ácaros se encuentran dentro de las celdillas operculadas, reproduciéndose en la cría de abejas (fase reproductiva). Solo el 25% está en fase forética, es decir, viajando sobre abejas adultas.

Esto implica que por cada varroa que ves sobre una abeja, puede haber tres más ocultas bajo los opérculos.

Por eso, ver varroas a simple vista es ya señal de una infestación avanzada, y no debemos subestimar el problema.

¿CÓMO LLEGA?

Originaria de Asia, la varroa llegó a España en 1985… y desde entonces no se ha ido. Hoy en día, su presencia es inevitable en prácticamente cualquier colmenar, incluso en aquellos aparentemente sanos.

La varroa se transmite de múltiples formas:

Dentro de la colmena

  • Por contacto directo entre abejas: la varroa se mueve de una abeja a otra con facilidad, sobre todo en zonas de cría o en espacios estrechos como los cuadros.
  • En la cría operculada: el ácaro se desprende de las abejas adultas y se introduce en las celdillas con larvas a punto de opercularse, donde se oculta bajo la larva y comienza su ciclo reproductivo.

Dentro del colmenar

  • Por pillaje o deriva: abejas de colmenas vecinas entran en otras colmenas y transportan consigo varroas.
  • Por compartir cuadros o material apícola: especialmente si se trasladan sin una revisión previa.
  • A través de zánganos: que son aceptados fácilmente por otras colmenas.

Entre colmenares

  • Por zánganos en busca de reinas vírgenes: los zánganos no respetan fronteras.
  • Por enjambres silvestres infestados: que se instalan cerca y entran en contacto directo o indirecto.

A nivel geográfico

  • Por trashumancia o movimiento de colmenas comerciales: al transportar colmenas a zonas de floración, también se transportan las varroas. Basta con que una colmena del camión esté infestada para que todo el apiario se exponga.

Una vez dentro de la colmena, la varroa detecta con precisión qué celdillas están a punto de ser operculadas, se introduce en ellas, se esconde bajo la larva y espera a que se cierre el opérculo. En ese ambiente protegido, pica a la cría para alimentarse y empieza su ciclo reproductivo, multiplicando el problema sin que el apicultor lo vea… hasta que ya es demasiado tarde.

¿CÓMO DEBILITA VARROA A LAS ABEJAS?

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Varroa destructor debilita a las abejas desde dentro. No solo les chupa la hemolinfa (su “sangre”), también les daña órganos vitales como el cuerpo graso, esencial para la inmunidad, el metabolismo y la desintoxicación. Esto hace que nazcan más débiles, vivan menos tiempo y tengan más riesgo de enfermar. Además, su saliva contiene enzimas que impiden que las heridas cicatricen, facilitando la entrada de virus como el de las alas deformadas (DWV), que se multiplica aún más porque Varroa también suprime el sistema inmune de la abeja.

El resultado es una abeja que pierde peso, vitalidad y defensas. Varroa reduce la hemolinfa, daña tejidos internos, altera el sistema nervioso y bloquea las rutas de defensa natural de la abeja. Todo esto la convierte en una presa fácil para virus y bacterias. Si la infestación no se controla, los efectos se acumulan hasta provocar el colapso de la colmena.

CICLO DE LA VARROA

Comprender el ciclo de vida de Varroa destructor es clave para planificar estrategias eficaces de control. Este ácaro ha evolucionado para sincronizar perfectamente su reproducción con el desarrollo de las crías de abeja, lo que lo convierte en un enemigo silencioso y persistente dentro de la colmena.

Proceso y desorrallo de la varroa en el la fase de larva y pupa
Proceso y desarrollo de la varroa en la fase de larva y pupa

1. Fase forética: el viaje sobre la abeja adulta

Todo comienza con la fase forética, en la que la hembra adulta de Varroa viaja adherida al cuerpo de una abeja adulta, preferiblemente una nodriza. Esta fase no es reproductiva, pero es estratégica: el ácaro aprovecha a la abeja para desplazarse dentro de la colmena o entre colmenas (por deriva, pillaje o manejo humano) hasta encontrar una cría lista para ser parasitada. Durante esta fase, Varroa ya se alimenta del cuerpo graso de la abeja hospedadora y puede transmitir virus como el de las alas deformadas (DWV).

2. Fase reproductiva: dentro de la celdilla operculada

Cuando detecta una larva de entre 5 y 6 días —especialmente de zángano, ya que su desarrollo es más largo— la hembra fundadora entra en la celdilla justo antes de que sea operculada. Se oculta bajo el alimento larval y espera al sellado para iniciar la reproducción.

Aproximadamente 60 horas después del operculado, pone su primer huevo, que siempre dará lugar a un macho haploide. Luego, cada 30 horas, pondrá entre 2 y 5 huevos fertilizados que se desarrollan en hembras. Toda esta descendencia se alimenta perforando la cutícula de la pupa de abeja desde un punto de alimentación común, que la madre marca con heces en la pared de la celdilla.

3. Desarrollo y apareamiento

El macho completa su desarrollo en unos 6,5 días, y las hembras en 5,8 días. El apareamiento ocurre dentro de la celdilla: el macho fecunda a sus hermanas antes de que maduren completamente. Las hembras jóvenes que logran completar su desarrollo antes de la emergencia de la abeja hospedadora abandonan la celdilla y se convierten en nuevas fundadoras. En cambio, los machos y hembras inmaduros quedan atrás y mueren.

Los machos de Varroa no pueden sobrevivir fuera de la celdilla, ya que sus piezas bucales están especializadas para transferir esperma, no para alimentarse.

4. Capacidad reproductiva y preferencia por cría de zángano

Cada hembra puede completar entre 1 y 3 ciclos reproductivos a lo largo de su vida, dependiendo de la disponibilidad de cría y las condiciones de la colmena. La cría de zángano es su objetivo preferido: al tener un ciclo más largo (24 días), permite más descendencia viable. Por eso, una buena parte del control biotécnico se basa en manipular esta preferencia, por ejemplo, con el uso de cuadros trampa.

varroas hembras y macho

5. ¿Cómo identificarlas?

La hembra de Varroa es fácilmente visible a simple vista: mide entre 1 y 1,8 mm, tiene forma ovalada y un color marrón rojizo. Recuerda a una pequeña lenteja. El macho, en cambio, es mucho más pequeño (menos de 1 mm), blanquecino o amarillento, y tiene forma piriforme. Rara vez lo veremos, ya que muere dentro de la celdilla poco después del apareamiento.

MONITORIZACIÓN DE VARROA: LA CLAVE

Conocer los niveles de varroa en tus colmenas al final del verano y durante el otoño es clave para decidir cuándo y cómo tratar, y evitar que las colonias entren en el invierno con una carga parasitaria elevada. Este simple gesto puede marcar la diferencia entre una colonia que sobrevive… y una que no.

Monitorizar te permite reaccionar a tiempo, ajustar tus tratamientos y, sobre todo, criar abejas de invierno sanas, que serán las encargadas de mantener viva la colmena hasta la primavera.

Además, no olvides el impacto económico: perder una colmena supone tener que comprar un paquete de abejas o núcleo, alimentarlo, esperar su desarrollo… y resignarse a no cosechar miel. Monitorear varroa con regularidad es una inversión mínima frente al coste de recuperarse de una pérdida.

No todo es técnica: la psicología del apicultor también cuenta

Es fácil caer en la trampa visual: ves una colmena llena de cría, con buena actividad en la piquera y reservas suficientes… y piensas: “¡Está fuerte! No hace falta hacer nada”.

Error común.

Una colmena con muchísima cría operculada puede parecer sana a simple vista, pero en realidad puede estar siendo devastada por varroa por dentro. Recuerda que 3 de cada 4 varroas están escondidas en las celdillas de cría, no sobre las abejas adultas. Así que, cuanto más cría… más varroa puede haber sin que lo veas.

➡️ Esto nos lleva a una lección clave:

No te fíes del aspecto general de la colmena. Fíate de los conteos.

El ojo engaña. El conteo no.

¿Con qué frecuencia monitorizar?

Lo ideal es realizar al menos 4 controles por campaña, en momentos clave del ciclo apícola:

  1. Inicio de primavera, antes de colocar alzas.
  2. Tras la cosecha de miel, para detectar picos de infestación.
  3. Final del verano, cuando se crían las abejas de invierno.
  4. Otoño/invierno, especialmente si no hay cría, para comprobar si es necesario un tratamiento con ácido oxálico o fórmico.

Estos puntos de control ayudan a mantener varroa bajo umbrales seguros y a tomar decisiones basadas en datos, no en intuiciones.

Aquí te dejamos un ejemplo práctico de calendario de monitorización que puede ayudarte a mantener tus colmenas sanas y productivas todo el año:

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Fuente: Veto-Pharma (Francia)

Métodos de monitorización

La monitorización regular de la varroa es clave para tomar decisiones acertadas y evitar tratamientos innecesarios o, peor aún, tardíos. En lugar de tratar a ciegas, un buen diagnóstico nos permite actuar con precisión.

Los métodos más eficaces y reconocidos para evaluar el nivel de infestación son tres:

  • Lavado con alcohol o jabón
  • Método del azúcar glacé
  • Mediante CO₂
  • Biopsia de cría operculada

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Monitorizando varroas

Si quieres profundizar en la monitorización de varroa, hemos dedicado un artículo exclusivo dedicado al diagnóstico y detección que puedes leerlo haciendo clic aquí.

Aparte de estos, existen otras técnicas como el uso de láminas adhesivas o la desoperculación de cría de zángano, pero son menos precisas o más difíciles de interpretar, por lo que se consideran complementarias, no sustitutas.

Aquí te explicamos los principales métodos en detalle:


🔍 Biopsia de cría operculada (diagnóstico directo en cría)

Este método permite observar directamente la presencia de varroa en celdillas de cría. Se recomienda hacerlo sobre cría operculada de obrera (más representativa y constante que la de zángano, aunque esta suele tener mayor infestación).

Consiste en cortar cuidadosamente con un cuchillo desoperculador un trozo de panal de aproximadamente 100 celdillas operculadas (~1 dm²). Estas se vacían sobre una superficie clara (como la tapa de una colmena vecina) mediante un golpe seco, y se contabiliza el número de crías y de varroas maduras (las de color marrón; las blancas no cuentan). Si la cría está muy fresca y se deshace, se puede contar el número de celdillas vaciadas.

Fórmula de infestación:

% infestación = (nº de varroas / nº de crías) × 100

Este método tiene la ventaja de mostrar la fase reproductiva del ácaro, pero solo representa un momento puntual y requiere destruir cría, por lo que debe hacerse con cuidado y no abusar de su frecuencia.


🧪 Método del azúcar glacé (no letal)

Es una técnica accesible y bastante práctica, aunque algo menos precisa que el lavado con alcohol. Tiene la ventaja de mantener vivas a las abejas muestreadas.

Se recogen aproximadamente 300 abejas (unos 30 g), idealmente de los cuadros de cría (sin la reina). Estas se introducen en un frasco con tapa perforada (rejilla de ~8 mm), y se espolvorean con una o dos cucharadas de azúcar glas. Tras agitar bien y dejar reposar a la sombra durante 3–5 minutos, se vuelve a agitar para que los ácaros se desprendan y caigan junto con el azúcar a través de la rejilla.

Para contarlos, puede hacerse directamente sobre una bandeja blanca o disolver el azúcar en agua (por ejemplo, en un cubo blanco) para ver los ácaros flotando. Finalmente, las abejas se pueden devolver a la colmena sin problemas.

Este método requiere condiciones secas y sin viento, ya que la humedad afecta al azúcar y dificulta que los ácaros se suelten.


💨 CO₂: rápido, limpio y con estilo

Una opción intermedia: se aplica dióxido de carbono en un recipiente especial para aturdir a las abejas. Los ácaros se desprenden y se pueden contar fácilmente.

Funciona así (utilizando Varroa Tester o Varroa Easycheck):

  1. Se recogen unas 200 a 300 abejas (lo ideal: de cuadros de cría, sin la reina).
  2. Se introducen en un recipiente especial que permite inyectar CO₂ de forma controlada (hay kits comerciales para ello como EasyCheck o Varroa Tester).
  3. El gas atura temporalmente a las abejas y a las varroas.
  4. Se agita suavemente el recipiente mientras están aturdidas, y los ácaros se desprenden del cuerpo de las abejas.
  5. Las varroas caen a una bandeja o compartimento donde pueden contarse fácilmente.

Ventajas: No hay azúcar pegajoso ni alcohol. Es limpio, rápido y las abejas no mueren (aunque quedan algo desorientadas un rato).
Desventajas: hay que tener el equipo y no pasarte con el gas. Es menos preciso que el alcohol, sobre todo si no se agita bien.


💀 Lavado con alcohol (o agua jabonosa): el más fiable

Considerado el método más preciso y consistente, es ampliamente utilizado por técnicos, investigadores y apicultores profesionales. A diferencia del anterior, mata a las abejas muestreadas, por lo que debe hacerse con responsabilidad y evitando la reina.

Se recogen también 300 abejas y se introducen en un frasco con alcohol (puede usarse limpiaparabrisas o agua jabonosa). Tras agitar el frasco durante un minuto, los ácaros se desprenden del cuerpo de las abejas. El líquido puede filtrarse con una malla fina (~8 mm) para retener las abejas y dejar pasar los ácaros, que pueden contarse con facilidad en el fondo.

Existen dispositivos comerciales como el Varroa EasyCheck, que simplifican todo el proceso.

El líquido se puede reutilizar varias veces si se filtra correctamente tras cada uso.

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📊 Cómo interpretar los resultados

Tanto en el lavado con alcohol, como en el método del azúcar glacé o el de CO₂, se calcula el porcentaje de infestación de forma sencilla:

% de infestación = (nº de ácaros / nº de abejas) × 100

Ejemplo:

Si recoges 300 abejas y detectas 12 ácaros, la infestación es del 4%.
Si trabajas con 200 abejas, divide entre 2. Por eso es importante estandarizar bien el número de abejas (usar un medidor o pesar 30 g).

Este dato es fundamental para decidir si es momento de tratar o si aún se puede esperar. Recuerda que, sobre abejas adultas, un nivel superior al 3% ya indica un riesgo serio de pérdida de producción… y de colmena si se acerca el invierno.

💡 Además, también se puede usar el fondo sanitario para conteos pasivos. Aunque menos preciso, permite establecer umbrales orientativos. Por ejemplo:

  • Si caen más de 3–4 varroas por día en otoño, es señal de intervenir.
  • En primavera o verano, ese umbral puede subir hasta 10 varroas/día.

Estos valores pueden ajustarse a cada apiario según historial y zona, fomentando una gestión basada en datos reales y no en intuiciones. Cuanto más afines tu diagnóstico, menos dependerás de tratamientos innecesarios y menos riesgo habrá de generar resistencias.

¿CUÁNDO TRATAR CONTRA LA VARROA?

Controlar la varroa no es solo cuestión de cómo tratar, sino de cuándo hacerlo. El calendario de tratamientos debe adaptarse al ciclo de cría de la colmena, al nivel de infestación y a la estrategia sanitaria general. Aunque la ley establece un tratamiento mínimo anual, muchas veces esperar demasiado puede ser fatal para la colonia.

🟢 Tratamiento de pre-campaña (finales de invierno o principios de primavera)

¿Cuándo? Antes de colocar las primeras alzas de miel, en función del clima y del monitoreo.

¿Por qué?

  • Para reducir la carga parasitaria acumulada durante el invierno.
  • Para prevenir una escalada de varroa en plena temporada de cría.
  • Especialmente importante si ha habido cría invernal (aunque sea poca) o si el tratamiento otoñal fue insuficiente.
  • También se recomienda cuando hay riesgo de reinfestación por pillaje o deriva de zánganos desde colmenas debilitadas.

🔍 Nota: En algunas regiones europeas, este tratamiento es más difícil de aplicar por la aparición temprana del flujo de néctar y la prohibición de tratar con alzas melarias presentes. Además, muchos acaricidas exigen un periodo de espera de al menos 14 días antes de colocar alzas. En estos casos, conviene valorar tratamientos invernales sin cría.

🔴 Tratamiento postcosecha (el más importante del año)

¿Cuándo? Inmediatamente después de la última cosecha de miel, normalmente entre finales de julio y agosto, dependiendo de la zona.

¿Por qué?

  • La varroa alcanza su máximo crecimiento exponencial.
  • La cría de zángano desaparece y el ácaro pasa a la cría de obreras, que serán las futuras abejas de invierno.
  • Las colonias siguen criando debido a los últimos flujos de polen, generando abejas que nacerán con alta carga parasitaria si no se actúa a tiempo.
  • La población de la colmena disminuye, y cada abeja parasitada cuenta: sin abejas de invierno sanas, no hay primavera.

🛑 Retrasar el tratamiento para esperar la ausencia de cría puede aumentar su eficacia, sí, pero también el daño acumulado. Si la infestación ya es alta, cada día de espera es un riesgo.

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Fuente: Veto-pharma

RETRASO EN EL TRATAMIENTO = ELEVADAS PÉRDIDAS INVERNALES. Al retrasar el tratamiento de otoño, el daño de varroa a la colonia se prolonga. Este tratamiento retrasado dificultará la eliminación de la mayoría de los parásitos, y complica los efectos de varroa en las abejas infestadas antes del tratamiento. El tratamiento temprano aumentará la supervivencia en el invierno y contribuirá a fortalecer las colonias de primavera.

TRATAMIENTOS CONTRA VARROA

La erradicación total de este parásito en la colmena es prácticamente imposible, ya que siempre quedará alguna hembra en alguna colmena, o en los enjambres silvestres. Por lo tanto, nuestro objetivo será minimizarla todo lo posible.

Normalmente, el tratamiento obligatorio contra varroa se realiza entre septiembre y noviembre, según indica el Plan Integral contra la Varroasis de cada comunidad autónoma, y siempre bajo supervisión veterinaria con un medicamento autorizado. Sin embargo, esperar hasta esas fechas puede ser demasiado tarde en muchas situaciones.

Después de la cosecha principal de miel, en pleno verano (julio-agosto en muchas zonas), la varroa suele alcanzar un crecimiento exponencial, mientras que la colmena comienza a criar las futuras abejas de invierno. Si dejamos que los niveles de infestación sigan aumentando mientras esperamos a que desaparezca la cría para aplicar un tratamiento más eficaz, corremos el riesgo de que esas abejas de invierno ya nazcan debilitadas, acortando su vida y comprometiendo la supervivencia de toda la colonia durante la invernada.

Por eso, el momento adecuado para tratar no lo marca solo el calendario legal, sino el estado real de la colmena: si ya no hay más cosechas previstas y la carga parasitaria es alta, conviene adelantarse y actuar justo después de retirar las alzas, aunque aún haya cría. Es preferible un tratamiento menos eficaz con algo de cría, pero a tiempo, que uno perfecto pero demasiado tarde. La varroa no espera, y su impacto es acumulativo: cada ciclo sin controlar es una generación más de abejas dañadas.

Nota: En España, el Plan Integral contra la Varroasis obliga a realizar como mínimo un tratamiento anual con un medicamento veterinario autorizado y bajo la supervisión del veterinario de la explotación, dentro del periodo establecido por cada comunidad autónoma.

Sin embargo, esta obligación legal marca el mínimo necesario, no siempre el momento óptimo. En muchos casos, el tratamiento debe adelantarse a la fecha oficial —especialmente tras la última cosecha— si la presión de varroa es alta, para proteger a tiempo las futuras abejas de invierno y evitar pérdidas durante la invernada.

Se pueden establecer tres niveles de infestación, medida sobre cría operculada de obrera, para tomar decisiones:

  • Menos del 5%. Puede demorarse el tratamiento hasta dos meses.
  • Entre el 5 y el 20%: No demorarse más de un mes. Tratar en cuanto desaparezca la cría.
  • Más del 20%: Tratamiento inmediato. Colmena en grave peligro.

Si se monitoreó sobre abeja adulta, debe tenerse en cuenta que sobrepasar el 3% de varroa en estas supone en campaña mermas importantes en la producción de miel, y cara a la invernada un elevado porcentaje de no supervivencia al invierno.

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Apicultor aplicando tratamiento oficial contra varroa en tiras.

Aquí una tabla de todas las moléculas activas más empleadas con su respectiva aplicación comercial registrada, los medicamentos y sus observaciones:

AMITRAZ

Cuadro resumen sobre los tratamientos varroa con amitraz

Actualmente, es una de las moléculas más efectivas. Dentro de los medicamentos oficiales a base de Amitraz (amidinas) en España están registrados los siguientes:

ÁCIDO OXÁLICO

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Uno de los mejores complementos a los tratamientos con Amitraz es el uso del ácido oxálico. Es apto para apicultura ecológica. Se pueden aplicar por goteo o vaporizado con el uso de sublimadores como el vaporizador portátil InstantVap 18V Compact.  También, desde 2024, está homologado en Europa el Calistrip Biox que se presenta en formato tiras de liberación.

Dentro de los medicamentos oficiales a base de ácido oxálico en España están registrados los siguientes:

  • Varromed – Aplicación por goteo
  • Ecoxal – Retirado
  • Oxybee – Aplicación por goteo
  • Apibioxal – Aplicación por goteo o sublimación
  • Varroxal – Aplicación por sublimación
  • Calistrip – Aplicación en tiras de liberación lenta

ÁCIDO FÓRMICO

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El ácido fórmico es otra de las moléculas más utilizadas, especialmente en apicultura ecológica. Dentro de los medicamentos oficiales a base de ácido fórmico en España están registrados los siguientes:

  • MAQS – Sustituido por FormicPro
  • FormicPro
  • Varromed* (combina oxálico y fórmico)

COUMAFOS

Cuadro resumen sobre los tratamientos varroa con coumafos
Cuadro Resumen. Fuente: Antonio Gómez Pajuelo

Hay rupturas de stock de este producto desde que la casa fabricante, Bayer, reconoció en carta pública en 2015 la existencia de resistencias de varroa a esa molécula, eludiendo así responsabilidades en su falta de eficacia.

Checkmite. Anulado desde 2019.

TIMOL

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Medicamentos válidos para apicultura ecológica a base de Timol para combatir la varroa:

PIRETROIDES: Flumetrina, Tau-fluvalinato

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Dentro de la familia de los piretroides, tenemos principalmente la flumetrina y el Tau-fluvalinato. Este tipo de tratamientos solían ser efectivos, pero actualmente están teniendo muchos problemas de resistencias. Después de muchos años tratando con estas moléculas, el ácaro varroa se ha hecho resistente a este tipo de principio activo en muchas zonas de España.

Medicamentos registrados en España a base de flumetrina y tau-fluvalinato:

Consideraciones sobre tratamientos

Todos los tratamientos que actúan por contacto han de permanecer activos dentro de la colonia durante como mínimo un mes, para garantizar que el pelo de las abejas esté cubierto de la molécula activa elegida durante al menos dos ciclos, de manera que cuando una varroa se agarre a cualquier abeja sufra una intoxicación por contacto.

Una vez terminados, es necesario verificar que los tratamientos han sido eficaces y que se ha controlado la población de varroas. Hay que tener en cuenta que la efectividad siempre es variable dependiendo de la resistencia de las varroas y de la aplicación.

Tratamientos varroa caseros

ATENCIÓN: En España, el tratamiento de varroa caseros son ilegales y están prohibidos.

Todos los principios y materias activas que se apliquen en las colmenas para el tratamiento y control de sus enfermedades deben ser medicamentos veterinarios contra varroa autorizados por la Agencia Española de Medicamentos.

Aplicar tratamientos no autorizados en apicultura pueden llegar a constituir un delito contra la salud pública.

COMPLEMENTOS PARA LA LUCHA CONTRA VARROA

Los tratamientos químicos son los más utilizados, aumentándose su efectividad al combinarlos con tratamientos de manejo: lo que se denomina Lucha Integrada.

Fondos sanitarios

Los fondos sanitarios son un complemento muy útil en el manejo sanitario de las colmenas. Permiten que las Varroas que caen —ya sea de forma natural, por efecto del grooming (despiojamiento), por tratamientos o por manipulaciones del apicultor— no puedan volver a subirse a las abejas, lo que contribuye a reducir la presión parasitaria dentro de la colmena.

Estos fondos suelen incorporar una bandeja extraíble, lo que facilita tanto la limpieza como el seguimiento sanitario. Al revisar la bandeja, el apicultor puede evaluar la eficacia de los tratamientos y conocer el nivel de infestación sin necesidad de abrir la colmena.

Para mejorar su eficacia, se recomienda colocar bajo la rejilla una lámina impregnada con vaselina líquida, que actúa como superficie pegajosa para inmovilizar a las Varroas caídas. Con un solo litro de vaselina es posible impregnar múltiples láminas y mantener el sistema activo durante varios ciclos de revisión.

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Celdillas de 4,9 mm

Un tema que genera debate y diferentes corrientes de opinión en cuanto a su eficacia. Las celdillas actuales (normalmente de 5,4 mm) que encontramos en la cera estampada del mercado son mayores de tamaño que la celdilla que realiza la abeja de manera «silvestre».

Hay corrientes que afirman que volver al tamaño natural pequeño de 4,9 mm dificulta el desarrollo de la varroa. Pero en la práctica es complicado hacer el cambio, ya que muchas colonias no lo aceptan, y se ha de hacer en dos fases, pasando antes por 5,1 mm. Científicamente, no hay estudios que avalen este método hasta el momento. No garantizamos que esta práctica pueda ser efectiva.

El enjaulado de reina para tratar sin cría

El enjaulado temporal de la reina es una técnica de origen italiano que está ganando popularidad en países como Francia, Alemania e Italia. Consiste en encerrar a la reina durante unos 25 días para interrumpir su puesta de huevos. Esta pausa en la cría permite aplicar tratamientos antivarroa —como ácido oxálico o fórmico— en un momento en el que toda la población del ácaro se encuentra en fase forética, es decir, sobre abejas adultas y no oculta dentro de celdillas operculadas. Al no haber cría, la eficacia del tratamiento aumenta considerablemente.

Para ello se utiliza una jaula diseñada específicamente para mantener a la reina segura y en buen estado. A diferencia de las jaulas convencionales de transporte, este tipo de jaulas permite el paso libre de las obreras, evitando que las rejillas se bloqueen con propóleo —un problema frecuente que puede asfixiar a la reina—. Gracias a su diseño optimizado, las abejas pueden alimentar y cuidar a la reina durante todo el periodo de enjaulado, sin comprometer su salud ni la dinámica de la colonia.

Aunque esta técnica es altamente efectiva, requiere más mano de obra y debe aplicarse en un momento adecuado del calendario apícola, idealmente con buenas condiciones climáticas y floración disponible, para que la liberación de la reina coincida con una fase favorable de la colmena.


Selección genética: abejas más resistentes, menos tratamientos

La selección de abejas con mayor tolerancia a Varroa es una herramienta clave para reducir la dependencia de tratamientos químicos y favorecer colmenas más resilientes a largo plazo. Desde los años 90, han surgido en distintas regiones del mundo poblaciones de abejas que, de forma natural o por selección dirigida, desarrollan mecanismos de defensa comportamentales frente al ácaro.

Uno de los más conocidos es el comportamiento higiénico sensible a Varroa (VSH, por sus siglas en inglés). Las abejas que lo presentan son capaces de detectar cría infestada dentro de las celdillas operculadas. Una vez identificada, desoperculan y eliminan la cría afectada, interrumpiendo así el ciclo reproductivo del ácaro y reduciendo su propagación dentro de la colmena.

Otro mecanismo importante es el grooming, que consiste en que la abeja se rasca con las patas para intentar desprender a la Varroa adherida a su cuerpo (autogrooming). Si no lo consigue por sí sola, puede recurrir a la ayuda de otras abejas (allogrooming), un comportamiento cooperativo que recuerda al desparasitado social observado en animales como los macacos. En el siguiente vídeo puedes ver un ejemplo de esta lucha por librarse del ácaro:

Bees fighting varoa
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A la izquierda ciclo normal. A la derecha comportamiento VHS

Aceites minerales (vaselina), sales de cobre, rotenona y propóleos

Algunas sustancias como la vaselina líquida (aceite mineral), sales de cobre, rotenona o extractos de propóleo se han utilizado como apoyo en el control de varroa. Estas pueden tener cierta acción repelente o dificultar el agarre del ácaro, especialmente si las abejas están activas (por ejemplo, cuando atraviesan trampillas o láminas impregnadas).

Sin embargo, no eliminan varroas ni controlan la población del ácaro de forma eficaz ni sostenible, por lo que no deben considerarse tratamientos válidos. Su uso puede tener sentido como parte de una estrategia complementaria (por ejemplo, sobre láminas sanitarias), pero nunca como alternativa a un tratamiento autorizado y eficaz.

División de colmena y enjambrazón artificial

La división de colmenas consiste en separar una colmena fuerte en dos partes, con el objetivo de crear una nueva colonia. Esta técnica imita la enjambrazón natural, pero controlada por el apicultor. Al dividir la colmena, se interrumpe temporalmente el ciclo de cría —especialmente si se introduce una reina virgen o se espera a que las abejas críen una nueva—, lo que puede ayudar a reducir momentáneamente la presión de varroa.

No obstante, esta interrupción por sí sola no elimina los ácaros, ya que muchos permanecen sobre las abejas adultas. Por ello, si se combina con un tratamiento específico en ausencia de cría, puede ser una herramienta útil dentro de una estrategia integrada de control de varroa. De lo contrario, su efecto es limitado y no debe considerarse como solución principal.

Enjambres sanitarios

Los enjambres sanitarios son una herramienta de manejo cada vez más utilizada para mejorar la eficacia de los tratamientos contra Varroa destructor. La clave está en retirar toda la cría operculada de la colmena madre, dejando solo a la reina y las abejas adultas, lo que crea una ventana sin cría en la que todas las varroas foréticas quedan expuestas y vulnerables a los tratamientos. Esta técnica permite aplicar productos acaricidas con máxima eficacia (ya sean químicos o ecológicos, como el ácido oxálico), al no haber ácaros escondidos dentro de las celdillas. Además, los enjambres formados con la cría retirada pueden convertirse en unidades productivas, si se manejan adecuadamente, ofreciendo también un retorno económico.

Eso sí, no es una técnica menor: requiere planificación y buenas condiciones (ambientales, nutricionales y sanitarias). El momento debe elegirse con cuidado para no debilitar excesivamente las colmenas. También es esencial tratar tanto la colmena madre como los enjambres formados, ya que estos pueden tener alta carga parasitaria. Pero si se hace bien, el resultado es doble: colmenas con bajo nivel de varroa al inicio de campaña y menor necesidad de tratamientos durante el año. Una estrategia eficaz, moderna y compatible con una apicultura sostenible y consciente.

Forzar la cría de zánganos y eliminarlos antes de su nacimiento

Las varroas prefieren parasitar la cría de zánganos porque su ciclo de desarrollo es más largo (15 días operculados frente a 12 de las obreras), lo que permite que más ácaros se reproduzcan en cada celda. De hecho, las larvas de zángano pueden ser hasta 10-15 veces más parasitadas que las de obrera.

Este comportamiento puede aprovecharse a nuestro favor mediante una técnica simple pero eficaz: forzar la cría de zánganos en cuadros específicos y destruir esa cría antes de que eclosione.

Para ello, se pueden usar:

  • Láminas de cera con celdillas grandes (7 mm), específicas para zángano.
  • Cuadros con solo un tercio superior de cera estampada, dejando el resto del cuadro libre. Las abejas completarán esa parte con panales de celdillas de zángano.

Una vez que la cría de zángano esté operculada, se retira el cuadro y se destruye (raspado, fundido o congelado), antes del nacimiento. Si se espera demasiado y nacen los zánganos, habremos conseguido justo lo contrario: multiplicar la infestación.

Algunos apicultores optan por congelar el panal y devolverlo luego a la colmena para que las abejas reutilicen la proteína de las larvas muertas. Esta práctica puede ser útil, pero debe manejarse con cuidado para evitar problemas sanitarios.

Esta técnica es sencilla, económica y puede reducir notablemente la presión de varroa si se realiza correctamente y como parte de un plan de manejo integral.

Control de varroa con cría de zangano
Control de varroa con cría de zángano

Colaboración entre apicultores: una herramienta más en la lucha integral

En la lucha contra la varroa, no basta con que cada apicultor haga lo suyo. Cuando las estrategias de control no se aplican de forma coordinada en una zona, las reinfestaciones son casi inevitables, ya sea por pillaje, zánganos errantes o enjambres no controlados.

Por eso, uno de los pilares olvidados de la lucha integrada es la colaboración entre apicultores. Implementar tratamientos al mismo tiempo en una región, compartir datos de monitoreo o acordar prácticas conjuntas no solo mejora los resultados individuales, sino que protege la salud general de todas las colmenas del entorno.

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🌍 Cambio climático y varroa: un desafío creciente

El cambio climático está alterando profundamente el equilibrio en el que tradicionalmente se desarrollaban las colmenas… y la varroa lo está aprovechando.

Años atrás, los inviernos más largos y fríos permitían un descanso en el ciclo reproductivo de la varroa, ya que las colmenas reducían la cría. Hoy, con inviernos más suaves y otoños prolongados, muchas colonias mantienen cría durante prácticamente todo el año. ¿Qué significa esto? Que la varroa puede reproducirse sin interrupciones, aumentando su población incluso en épocas donde antes no lo hacía.

Además, los cambios bruscos de temperatura, las floraciones adelantadas o desajustadas, y los periodos de estrés térmico afectan tanto a las abejas como a su entorno floral. Una colonia debilitada por el estrés climático es aún más susceptible a los efectos de la varroa y los virus que transmite.

Esto obliga a los apicultores a replantear sus estrategias: no podemos seguir guiándonos solo por el calendario. La monitorización frecuente y la toma de decisiones basada en datos reales (conteos, presencia de cría, condiciones locales) se vuelven aún más esenciales. Porque si el clima cambia… nosotros también debemos cambiar.

Conclusiones y autocrítica

La apicultura moderna ya no puede permitirse decisiones improvisadas. Controlar la varroa requiere algo más que aplicar un tratamiento obligatorio: exige conocimiento, estrategia y rigor en el manejo. Monitorizar regularmente, tratar en el momento adecuado y aplicar correctamente los productos marcan la diferencia entre una colmena viva en primavera… o una pérdida segura en invierno.

Sabemos que un solo tratamiento anual no es suficiente. Y que hacerlo tarde, o mal, no solo no resuelve nada, sino que empeora el problema, favoreciendo la aparición de resistencias. La varroa no se va. Pero tampoco tiene por qué quedarse si se actúa con responsabilidad.

No existe una única receta válida para todas las colmenas ni para todo el año. Las condiciones ambientales, la fortaleza de las colonias, la presión de varroa, el clima o incluso la flora disponible cambian constantemente. Por eso, una lucha efectiva contra la varroa requiere flexibilidad.

Más allá de aplicar productos “porque toca”, el apicultor debe observar, interpretar y ajustar su estrategia según el momento y el contexto. En algunas temporadas, puede que un tratamiento precoz sea vital; en otras, conviene reforzar los métodos biotécnicos o espaciar los químicos. Lo importante es actuar con criterio, no por rutina.


Una llamada a la conciencia apícola

Como apicultores, también debemos hacer autocrítica. Todavía se cometen errores que minan nuestros propios esfuerzos y los de todo el sector. Si queremos proteger nuestras colmenas, toca dejar atrás ciertas malas prácticas que solo benefician a la varroa:

  • Aplicar medias dosis o tratamientos incompletos que solo seleccionan ácaros más resistentes.
  • Colocar mal las tiras, lejos de la cría, por prisas o desidia.
  • Tratar fuera de fecha, sin tener en cuenta el momento real del ciclo de la colmena.
  • Dejar las tiras más tiempo del indicado, generando residuos y pérdida de eficacia.
  • Sobredosificar, creyendo que “más” es mejor (cuando no lo es).
  • Repetir el mismo tratamiento año tras año, sin rotación ni análisis de efectividad.
  • Aplicar tratamientos caseros sin base técnica, por costumbre o desinformación.

La varroa no se erradica. Se gestiona.

Este enemigo silencioso llegó para quedarse, y quien no lo entiende aún está jugando con fuego. La única forma de convivir con ella sin perder colmenas es actuar con rigor y previsión: formarse, observar, monitorear y tratar bien. Ni antes ni después. Bien.

Y no lo olvidemos: si uno lo hace mal, todos pagamos las consecuencias. Porque la varroa no entiende de vallas ni de propiedad. Las malas prácticas se contagian entre colmenares, y la responsabilidad es compartida.

💡 Contra la varroa no hay milagros. Hay método, conciencia… y apicultura bien hecha.

Varroa Destructor: Qué es y cómo tratarla. - Sin categorizar
joshua@latiendadelapicultor.com |  + posts

ISNI 0000 0005 1801 1100 | Joshua Ivars es gerente de LA TIENDA DEL APICULTOR y autor del blog, donde comparte contenido técnico y práctico para apicultores. Con amplia experiencia en el sector apícola, se dedica a ofrecer consejos y soluciones basadas en las necesidades reales del apicultor, aportando su conocimiento en productos y prácticas esenciales para la apicultura.

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14 comentarios

  1. existe una aplicación natural y efectiva. ME, una solución de Microorganismos Eficientes que alteran el sustrato e impiden la proliferación del ácaro. Además beneficia y limpia el tracto digestivo de las abejas. Un producto totalmente andaluz.

    1. Hola, he encontrado esta solución a la Varroa que ya se está usando en Suiza y alrededores. La conocéis?
      Es un sistema que calienta los panales matando al parásito, pero sin llegar a dañar a las abejas.

  2. Me gustaría saber el nombre del medicamento para tratar la varroa como se llama en donde lo puedo comprar vivo en la ciudad de Bogota capital de colombia cualquier información les agradesco

  3. El nuevo orden mundial iluminatti y a los grandes laboratorios no les interesa erradicar los acaros, los usan como negocio, donde una vez al año en ciertas zonas selectas por la elite pasan camionetas negrasa liberar cientos de abejas infectadas que logran infiltrarse en algunos paneles. Es como el sida, el cancer y muchas de las enfermedades no infecciosas, les conviene mas sacar «tratamientos», siendo enrealidad placebos que dar con la cura en sí, vendría siendo una especie de obsolescencia programada de parte de la farmaceutica.

  4. Hola buenas tardes Soy Padua Bausadek soy apicultor quisiera saber, Yo en este momento estoy aplicando tabletas de amitraz en mis colmenas para combatir la Varroa y por el momento esta matando varroa. Mi duda es la aplicación o el uso del producto Amitraz en la colmena provova mortandad de abejas o no. ¿Qué cantidad de abejas mueren en la colmena al usar Amitraz?.

  5. Hola que tal quisiera saber si el uso de tabletas de Amitraz en las colmenas para matar la varroa. Al aplicarlo ademas de matar varroa puede el Amitraz provocar mortandad de abejas en las colmenas durante el tratamiento con este producto. Puede generar problemas en las colmenas.

  6. Bueno seria muy bueno que los que tengan la recetas para eliminar la varrua no dudarán en darla por que si la tienen y solo la quieren vender es mucho más el daño que le asemos al medio ambiente sin abejas no ay vida

  7. Si nos ayudamos y damos soluciones, todos ganaremos es el camino más inteligente, es decir fomentemos la fraternidad y hermandad. Si al contrario no nos unimos contra este problema de la barría TODOS perderemos, busquemos la solución y ayudaremos a muchas personas a tener mas SALUD. Mi mensaje es, trabajar y ayudar al prójimo. Un abrazo fortísimo a mis colegas apicultores. Antonio R T

  8. Por ahora me parece que estamos consiguiendo entrenar muy bien a la varroa a resistirse y muy mal a la abeja a defenderse. Y no, no tengo ninguna solución, ya me gustaría! En otras ganaderías se procedería a eliminar poblaciones y aislar evitando el movimiento de colmenas y aumentando las distancias para reducir contactos. Y si fuera posible crear zonas libres de varroa o encontrarlas y protegerlas como un tesoro y desde ahí reintroducir. Hace muchos años la filoxera destruyó todas las viñas en europa y se reconstruyeron todos los viñedos que hay ahora, que son muchos, a partir de una variedad resistente. Es muy drástico. Pero quién sabe cuándo no funcione nada, igual es lo que tocará hacer.

  9. Hola, para todos los apicultores yo quiero pensar que a los laboratorios no les conviene sacar un medicamento que de una vez acabara con esta enfermedad contagiosa para seguir ganando dinero si desde el año 1.985 que parece que empezó ya lo podrían haber cortado. Como cortaron el escarabajo que se comían las patatas y ya desapareció.

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