Es el proceso en el cual la miel, una solución súper-saturada (más sólidos que líquidos) pasará a sólida o cristalizada; la velocidad de granulación depende de los tipos de azúcares en la miel, las semillas de cristal (como el polen o los cristales de azúcar) y la temperatura. La temperatura óptima de granulación es 14º C y la de crecimiento de los cristales de unos 4ºC.
La tendencia de la miel a cristalizar depende no solamente de su composición, sino también de catalizadores de la cristalización: cristales primarios, polvo, pólenes, choques térmicos, burbujas microscópicas de aire, etc.
En el post de MIEL y TEMPERATURA profundizamos más sobre este proceso.
Otra forma de obtener un producto fino consiste en romper los cristales de una miel ya endurecida y después ablandada forzándola a pasar bajo presión a través de los deflectores de un homogeneizador. Esta operación produce la «miel crema», en este post te explicamos todos los detalles.
Si quieres saber más sobre la miel y sus propiedades te recomendamos leer este post.
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